sábado, 9 de enero de 2016

6 pequeñas cosas para ser feliz de una vez por todas


Algunos simples hábitos pueden cambiarte la manera de ver el mundo. Así como hay recetas que sirven para preparar una rica cena, también existen rituales cotidianos que mejoran tu calidad de vida e incrementan tu bienestar de manera sorprendente.

El neurocientífico Alex Korb, en su libro The Upward Spiral, asegura que por medio de pequeños cambios en la cotideaneidad podemos influir en nuestro estado de ánimo y crear un “espiral ascendente” capaz de alejarnos de la visión negativa del entorno y de uno mismo.

PARA ALCANZAR LA PLENITUD KORB RECOMIENDA LAS SIGUIENTES PRÁCTICAS:

1- El poder de las listas. Conseguí un cuaderno que te guste y anota todos los días algo por lo cual te sentís agradecido: tus hijos, la proximidad de las vacaciones, un rico asado, la buena salud de tus padres, tu rendimiento en el gimnasio o lo que se te ocurra. Al tomar conciencia de lo bueno que tenemos, aumenta la densidad de neuronas y la inteligencia emocional, y eso, a su vez, sirve para mejorar las relaciones interpersonales. Según Korb, se incrementa la actividad de la serotonina y la dopamina, hormonas ligadas al placer y a la sensación de bienestar.

2-Comer bien. La alimentación también influye en la actividad cerebral y la felicidad del individuo. Una dieta variada y saludable nos hará sentir con más energía y ganas de disfrutar el día. Existen productos, como la cerveza o el chocolate, que son liberadores naturales de dopamina, así que una vez cada tanto incluirlos en tu dieta.

3-Las cosas por su nombre. Identificar las emociones y darles un nombre ayuda a organizarnos y a sentirnos más calmados y seguros. Verbalizar las inquietudes, los miedos y los sentimientos más profundos produce cambios fuertes a nivel cerebral. La psicoterapia es un gran aliado debido a que ayuda a poner en palabras lo que nos lastima o nos cuesta expresar.

4- Decidí. La incertidumbre, la especulación extrema y el temor al fracaso son la cara opuesta a una vida plena y satisfactoria. No tengas miedo a equivocarte y tomá una decisión. Cuando se apuesta a un determinado camino, sea cual sea, cerramos las puertas de las dudas y activamos el circuito cerebral de la corteza prefrontal. De este modo se reduce el estrés y la ansiedad.

5- Abrazar. Los niños viven abrazando y demostrando su cariño sin importar el qué dirán. Los adultos nos volvemos reacios y perdemos la costumbre de los abrazos y los besos. Sin embargo, recuperar el ejecicio de brindar y recibir amor sin pudor es un desafío importante: un abrazo largo y sincero, produce la liberación de oxitocina, la hormona ligada al bienestar, el apego y el placer.

Además, mejora el sistema inmunológico. “Sentir un abrazo de alguien en quien confiamos es una manera efectiva de reducir el estrés, y que aquellos que reciben más abrazos están de algún modo más protegidos frente a las infecciones”, asegura Sheldon Cohen, profesor de Psicología y director del laboratorio del estudio de Estrés, Inmunidad y Enfermedad de la universidad americana Carnegie Mellon.

6- No seas perfeccionista. Querer que todo salga siempre tal cual soñamos es un camino de ida a la frustración. Hay que tener en claro que en la vida no siempre se triunfa y que de los errores se pueden obtener grandes aprendizajes. La búsqueda de la perfección a cualquier costo es la enemiga de la felicidad. Si te cuesta relajarte y bajar los niveles de exigencia, una excelente alternativa para aprender a mantener el eje interior es la meditación.

Fuente: Rumbos Digital
Fuente: http://www.itg-salud.com/articulo.php?id=84334